Gautama Buddha es un ejemplo legendario de autoabnegación. Buda nació en una familia aristocrática, pero prefirió vivir una vida de vagabundo y buscó el nirvana.
El rey Suddhodana, padre de Siddhartha Gautama, trató de encerrarlo en un palacio, rodeado de placeres terrenales. Exquisitas joyas, ropa llamativa, deliciosas cocinas y sirvientes reales estaban a disposición de Siddhartha, pero el joven príncipe estaba menos interesado en estas ilusiones. Siddhartha se horrorizó al conocer las duras realidades de la vida, como las consecuencias del envejecimiento, la vulnerabilidad del cuerpo a las enfermedades y la devastación de aprender acerca de la verdad eterna de la vida: la muerte. Sin embargo, el joven príncipe se sintió atraído por la presencia del divino resplandor presente en el rostro de un asceta que había renunciado a la vida pública. Posteriormente, Gautama rechazó la comodidad y la grandeza para alcanzar la salvación; él adoptó el camino de la penitencia y la meditación en su búsqueda de la paz eterna.
Después de alcanzar la iluminación, Gautama enfatizó esta frase en uno de sus sermones: "Este mundo materialista es comparable a una prisión: la mayoría de nosotros estamos atrapados en el círculo vicioso de la alegría, la felicidad, la lujuria, la pena y el dolor". Buda dijo además: el deseo y la unión debilitan las capacidades humanas; los seres humanos persiguen la alegría y la prosperidad, pero solo es debido al intento de librarse del dolor.
Personas de todos los ámbitos de la vida comenzaron a acercarse a Buda y suplicaron su tutela. El iluminado Gautama era un océano de compasión; fue un predicador de la no violencia, la paz y enfatizó que el lujo es momentáneo. El aura del Buda divino se hizo evidente cuando transformó con éxito la personalidad de Angulimala, un asesino en serie de sangre fría. Buda hizo hincapié en el progreso espiritual e instó a sus seguidores a reconocer la importancia de la vida.
El Señor Gautama Buda es apropiadamente apodado como la "Luz de Asia". Durante un período prolongado, casi cuarenta y cinco años, Buda viajó por las llanuras del Ganges propagando el espiritualismo. Predicó el camino divino del nirvana a los humanos, lo cual sigue teniendo relevancia en el siglo veintiuno. Nirvana significa extinguir el fuego del deseo, el odio, la venganza y la ignorancia que permite al alma humana independizarse del interminable ciclo de renacimiento y sufrimiento. Buda siempre enseñó a sus seguidores a practicar el principio de no violencia y purificar la mente de los malos pensamientos.
El cuerpo mortal de Siddhartha Gautama no existe hoy en día, pero la vibrante doctrina dejada por este gurú espiritual en la forma de un legado colosal continúa iluminándonos. Él es considerado y venerado como el salvador de la raza humana. Buda sirvió a toda la humanidad sin un ápice de egoísmo y ofreció la panacea para enfrentar las miserias de la vida.
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