Nuestro mundo se compone de la gente con la que nos encontramos en la vida y de qué manera nos relacionamos con ellas. Nunca recordarán qué cosas lograstes y cómo las lograstes, pero siempre te recordarán por cómo les hiciste sentir. Así que asegúrate de hacer que se sientan bien la mayor parte del tiempo que pasen contigo y que les llegue al corazón. Comenzando por ti mismo, ¿cómo te comportas con las personas que te rodean? Vamos a sumergirnos en esta discusión. Sigue leyendo para averiguarlo.
Comenzando con tu propia familia, ¿cómo te relacionas con ellos? ¿Estás enfadado o alegre? Si tienes mal genio, tienes algo que mejorar. Tienes que calmarte y hablar con los miembros de tu familia. Debes comportarte bien, especialmente con tus hijos, ya que están continuamente captando señales de ti todo el tiempo. No querrás que lleguen a ser unos adultos malhumorados e insensibles.
Al salir de tu casa, te encontrarás con varias personas como con el portero, con el jardinero o con algún vecino. Díles hola alegremente y sonríeles. Esto hará que establezcas una relación con ellos, significativa y prometedora.
Cuando vayas al supermercado, probablemente encontrarás caras conocidas o desconocidas. Sonríeles y hablales alegremente, prepara tu tarjeta de crédito y retira el carro rápido para no entorpecer la cola. Si te encuentras con amigos allí, asegúrate de entablar una conversación amigable y breve y vuelve a casa o al siguiente lugar que tengas en tu agenda.
En cualquier lugar que te encuentres con gente, haz contacto visual y sonríe. Te devolverán la sonrisa y tendrán una actitud positiva hacia ti.
En cuanto a mí, frecuentemente visito confiterías, papelerías y farmacias cerca de mi casa. Todas las personas de estos lugares han llegado a conocerme. Siempre estoy alegre y me he vinculado positivamente con ellos. Así que se encargan de entregarme sus mejores productos y nunca me engañan. Así que tener vínculos con las personas que ves todos los días tiene grandes ventajas.
Recientemente visité a mi tía que vive a una gran distancia de mi casa. La última vez que la visité, tuvimos una conversación animada y alegre. Al final, me entregó una gran bolsa decorativa de color azul oscuro como obsequio que todavía utilizo hoy para ir de compras. Cuando la visité, le regalé un conjunto de brazaletes comprado en los Estados Unidos y le encantaro. Sus tres hijas están en el extranjero, así que cuando la visito me trata como a su hija.
Hay ejemplos de personas así en todas partes en nuestras vidas. Solo necesitamos saber cómo conectarnos positivamente con ellos. Nunca sabes a quién te encontrarás en un momento de crisis o peligro. Así que recuerda sonreír a las personas y sobretodo hacer que se sientan bien para que te amen y te recuerden.
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