La culpa es una recompensa para adictos, pero la culpa es, sin embargo, una adicción común. La pregunta es, ¿cómo sacarla de nuestras vidas?
El verdadero problema de la culpabilidad en nuestras vidas es que nos obliga a actuar de una manera que dificulta nuestras relaciones.
Si no sabemos si es por la culpa o por otra cosa. O no sabemos cómo salir del ciclo de la disfunción o no parece importarnos. La forma en que solemos lidiar con la rotura de relaciones personales es minimizar la responsabilidad de nuestras acciones y culpar a los demás por la suya. Esto solo nos aleja de los demás, disminuyendo el potencial presente para mejorar nuestras relaciones, lo que contribuye aún más a nuestra conciencia de culpa, cuando finalmente enfrentamos la verdad o tomamos en serio la hostilidad. ¿Ves un ciclo vicioso ahí?
Casi todas las circunstancias malas de la vida tienen un círculo vicioso alrededor.
El desafío que tenemos ante nosotros, por lo tanto, es ser honestos sobre el papel que la culpa tiene en nuestras vidas y tratar de expulsarla. Se trata de identificar las áreas en las que albergamos esta culpa y erradicarla.
Si nos sentimos culpables por algo que le hemos hecho pasar a nuestros padres, la culpa nos condenará a continuar buscando su aprobación. De hecho, esa es una pregunta que todos debemos hacernos; si actúo a través de la culpa en una relación particular, ¿cómo podría una persona manipularme intencionalmente o no? Por supuesto, puede ser, y generalmente es, que no exista ninguna manipulación en realidad; sin embargo, podemos sentirnos manipulados, y esto suele ser más un problema para nosotros de lo que es para la persona con la que nos relacionamos. ¿Ves cómo la culpabilidad tergiversa la realidad? ¿Ves cómo nuestra culpa puede hacernos ver a los demás de una forma que no es real? ¿Ves cómo la culpa puede hacernos perpetuar una mentira?
La culpa siempre nos hará actuar de maneras que parecen antinaturales, desequilibradas e incómodas. Pero toleramos esos sentimientos porque creemos que son necesarios para evitar la sensación de culpabilidad, o para obtener alguna recompensa.
Lo que podemos hacernos es una simple pregunta. ¿Hay alguna persona con la que me siento culpable o por la que me siento culpable? O dicho de otra manera. ¿Hay alguien al que pienso que le debo algo?
La ironía aquí es que las relaciones que vale la pena nutrir son aquellas que tenemos con personas que no nos exigen nada. Es posible que a alguien le debamos algo realmente, pero es mejor pagárselo de una vez para sentirnos libres y sin ataduras.
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